Son momentos difíciles, de eso no hay duda. Y hay mucha incertidumbre de si irán a ponerse más duros todavía, de ahí que eso puede generarnos ansiedad… ¿cómo reaccionar ante esta crisis repentina en nuestras empresas?
No pierda la calma, eso es lo más importante. Además, sentarnos a planear, en la medida de lo posible, para las adversidades que se puedan venir: la inacción puede hacernos más daño que la misma crisis.
Apóyese en sus redes de contactos, flexibilice sus cobros, recurra a sus ahorros, cuide a su personal hasta donde pueda, porque esto no va a durar para siempre y, de lo aprendido y las enseñanzas que deje, saldremos como una empresa fortalecida.