Hay diferencias muy grandes entre el tráfico que proviene de las redes sociales y el que nos llega desde Google y buscadores en general.
La diferencia fundamental: el tráfico de redes sociales es casual. Uno no entra a Facebook a conseguir abogado, proveedor o alguna solución en particular salvo que ya tenga a alguien «visto» y quiera ir a consultar. O que le pregunte a su lista de amigos «quién conoce alguien que…»
Generalmente vemos un anuncio, porque esa empresa nos metió en un segmento en función de nuestros intereses y por esa razón vemos la publicidad… ya depende de lo creativo y bien hecho que esté el anuncio para que nos convenzan de salir de Facebook, podemos terminar comprando… pero no entramos a eso en primer lugar.
En Google y buscadores en general, el tráfico es intencional. Uno entra a buscar algo que necesita, algo sobre lo que requiere más información, sea para buscar nuevo proveedor, para encontrar más detalles de algún producto, etc., pero entramos con intención de encontrar algo que necesitamos.
Ahora, si yo ofrezco el servicio X en la región Z y Juan entra a Google a buscar proveedores del servicio X en la región Z y me encuentra en la primera página… las posibilidades de que me escriba o llame solicitando más información son bien altas.
Claro, dependerá también de lo fácil y usable que sea el sitio web, calidad de contenido, entre otras, pero al menos ya estoy delante de un cliente potencial que podría comprar mis productos o servicios.
¿Donde debería estar entonces? ¡Depende de lo que venda! Generalmente un producto económico puede vivir perfectamente en Facebook, no hay mucho que pensar y con ver fotos y un link para comprar, suficiente.
Pero si quiere vender un servicio más sofisticado, de mayor valor, que requiera de más insumos para la toma de decisión, casi que sin duda, necesita invertir en un sitio web de calidad.
¡Espero que la información les resulte de utilidad!