La iniciativa de clasificar las cosas, sean éstas producto de la naturaleza o de la industria, es una actividad inherente al ser humano y no podría ocurrir menos con las tecnologías de la información, dadas su amplitud y complejidad.
Para darnos una idea de esa clasificación, podemos imaginar que el mundo virtual, WWW (World Wide Web) es una enorme ciudad compuesta (lógicamente) por edificios. Cada edificio es un sitio web y cada uno de ellos tiene una dirección (URL).
Cada sitio web, a su vez, de la manera que ocurre dentro de un edificio (un supermercado, por ejemplo) está compuesto por departamentos y en cada departamento el consumidor puede encontrar productos clasificados, como ropa, artículos de limpieza, alimentos, etc.
Cosas de la jerarquía
En informática, a cada departamento se le llama “página”; en cada página, el visitante observa los artículos con sus características particulares y, dependiendo de la índole del supermercado (un sitio web que también es tienda virtual) también puede hacer compras.
Como se aprecia, en la web (WWW) hay un orden jerárquico con un sitio web (página principal) compuesto a su vez por páginas web que contienen diversos elementos que caracterizan los productos (fotos, vídeos, textos) y opciones para ir, venir, consultar y hacer compras, etc.
Está claro que el sitio y la página son conceptos diferentes, aunque, por esta vez, el español –con su enorme caudal de palabras y una generalmente buena dotación de sinónimos para cada cosa- nos queda debiendo términos que establezcan una diferenciación clara que nos evite una confusión tan recurrente.
El uso indistinto
La diferenciación, sin embargo, no es tan relevante en términos de la vida cotidiana, como sí debería serlo cuando un empresario que quiere ver su empresa en internet y un informático se sientan a conversar sobre la creación o el remozamiento de un sitio web.
Más interesante es saber que en esa enorme ciudad que en términos de internet conocemos como WWW, hay una amplia variedad de sitios web, diferenciados por funciones y contenidos, como:
- Sitios web corporativos, utilizados por empresas para dar a conocer bienes o servicios.
- Tiendas on-line, para dar a conocer bienes y servicios y también para venderlos.
- Sitios de noticias, dedicados a suministrar información periodística.
- Blogs, para las personas que escriben artículos acerca de sus temas de preferencia.
- Sitios de formación, para dar clases on-line.
- Otros, como sitios web de subastas y los que usamos para descargar música o videos.
Eso sí; aunque la referencia indiscriminada entre un sitio web y una página web es algo tan común, entre informáticos es un concepto tan esencial como lo es para un arquitecto cada uno de los elementos que componen un edificio.
A modo de resumen, podríamos decir que un sitio web es una colección de páginas web dentro del mismo, pese a que se usen de forma indistinta para querer decir que son lo mismo.