Hace algunos días recibimos un mensaje, con la variante de que no entró al SPAM como suele suceder, sino que fue a través de un formulario en nuestro sitio web.
La historia del campesinito atemorizado que pide ayuda para cambiar un cheque porque se le quedó la cédula en la casa está muy lejos de ser cosa del pasado. Los timadores están a la vuelta de la esquina y no necesitan ser expertos ingenieros, para inducirlo a engaño a través de su computadora o teléfono móvil.
Es muy probable que en estos días usted también reciba un correo de algún banco o entidad financiera reconocida, con la que haya hecho alguna transacción en algún momento, o con alguna con la que ni siquiera tenga relación de ningún tipo, solicitándole que actualice sus datos pues, de lo contrario, procederán a cerrar su cuenta.