¿Con las estanterías y las bodegas a reventar, de productos útiles y de la más alta calidad, una ubicación estratégica envidiable, una excelente posición en los buscadores de internet y un personal altamente calificado, que más se puede desear un empresario? ¡Clientes satisfechos!
Existe una larga lista de estrategias que puede contribuir a que su negocio crezca. Dependerá en mucho de las características propias de cada empresa, pero hay algunas que son formas tan elementales, para hacer crecer su negocio de una forma más rápida y segura, que hasta parecen obvias.
La bienvenida
Nada es más importante, en la atención a los clientes o a los prospectos, en la empresa física como en la virtual, como darles una bienvenida real, sincera y afectuosa. En la red, una bienvenida exquisitamente diseñada, es la primera impresión con que se va a encontrar el visitante y de ella dependerá que el cliente, regular o potencial, dé el paso siguiente. Imagine que usted tiene un producto exclusivo, por el que pretende que sus clientes paguen por él, pero la forma en la que lo muestra, «el paquete», no ayuda a lograr ese objetivo… así de dañino puede ser tener una mala presencia en internet: sus clientes potenciales no sentirán confianza de enviarle un correo… esto es si logran encontrarlos en Google, para empezar.
Inmediatamente después de la bienvenida, cuando le haya respondido todas las preguntas formuladas, uno o dos correos electrónicos en tono amistoso servirán como complemento ideal. Cuéntele la historia de su empresa, preferiblemente mediante un video; considere la posibilidad de establecer un diálogo; aproveche la oportunidad para que el cliente sienta las ventajas de formar parte de su comunidad; muéstrele sus productos; ofrézcale una oferta especial y, si está dentro de lo posible, envíele un presente que puede ser tan sencillo como una tarjeta de agradecimiento vía correo regular.
Haga del encuentro una experiencia para recordar; que las personas sientan que a usted le importan; si es un encuentro de primera vez, pregúntele cómo se llama y sígalo llamando por su nombre; que sienta que su visita es oportuna y agradable. Si le gusta el café negro y sin azúcar, anótelo en algún lugar para que la próxima le ofrezca lo que a ese cliente le gusta… ¡nada cuesta! Una sonrisa y el trato amable, es un punto de partida indispensable, para el éxito de una empresa.
Los boletines
¿Qué hacer mientras nuestros clientes efectivos o potenciales vuelven a visitar nuestra empresa? ¿Y si, mientras tanto, otra firma y otros productos les llama la atención y se olvidan de nosotros? Es fundamental, para cualquier empresario, contar el correo electrónico de cada uno de sus clientes, para mantener un contacto frecuente.
Tras el primer encuentro –recuérdese la bienvenida- no hay nada más efectivo en la red que establecer una publicación electrónica, que le permita mantener a sus clientes actualizados sobre sus productos y los servicios que está brindando o va a brindar.
Un boletín electrónico permite no solamente estar en contacto con los clientes, sino también crear una relación familiar y de confianza. Considerados como una mina de oro, los e-boletines deben mostrarse bien escritos y contener información de calidad que sea recibida con satisfacción por los suscriptores.
Por el alcance que tienen, puesto que pueden llegar a miles de lectores, y por el bajo costo de envío, los boletines son sólo ganancia. Pero es preciso que sean enviados exclusivamente a las personas que aceptan recibirlos voluntariamente, para que no vayan a ser concebidos por algunos como “spam”.
En ellos se pueden incluir ideas, historias, novedades, proyectos. Deben ser periódicos, para que el empresario esté pendiente de su publicación; se pueden enviar decenas o cientos con un solo clic; se materializan en un aumento de las ventas.
Los boletines son la respuesta ideal a los esfuerzos de los abuelos, que en aquellos lejanos tiempos debieron recorrer los difíciles caminos del mundo para ofrecer sus productos negocio por negocio y casa por casa.
El producto
Nada de lo anterior funcionaría si el producto no cumple la promesa de valor. Si usted dice que su producto va a entregar cierto beneficio, y al final no me lo entrega, eso sería terrible para su marca.
Recuerde que ahora prácticamente todos tienen un megáfono enorme que son las redes sociales, para bien o para mal, y así como acuden rápidamente a ellas para contarle al mundo lo felices que están con su reciente compra, lo harán también para decirles que no le compren a la empresa TAL porque su producto no entrega lo que promete.
Tenga cuidado a la hora de ofrecer beneficios que usted sabe no podrá entregar, solo para cerrar el negocio. Al mediano plazo, la verdad saldrá a la luz y no valdrá la pena vender con mentiras… la reputación del negocio está en juego.
El seguimiento
¿Le ha pasado que una empresa trata de «conquistarle» mientras usted compra, pero una vez que usted paga por el producto, parece que se olvidaron totalmente de usted? Bueno,esto es terrible para el negocio y se debe a la falta de un buen seguimiento. ¡Siente uno que mejor no hubiera comprado nada para que lo siguieran tratando bien!
Suponga que usted vende computadoras, y éstas requieren mantenimiento preventivo a los seis meses de recibida la compra… ¿por qué no anotar los datos del cliente en Google Calendar -por ejemplo- para dejar el recordatorio de llamar a ese cliente dentro de seis meses a partir de la compra? Esto como lo más básico. Se pueden también automatizar estas tareas con programas especiales para envío de recordatorios automáticos cada X tiempo, definido por usted según las necesidades de su empresa.
El punto es, que la venta no es un acto solitario, de una sola vez, y no se acaba cuando la transacción se completó, sino que más bien ahí inicia un período de estar en contacto, al menos cada cierto tiempo, con sus clientes… si usted no lo hace, sin duda otro lo hará. Inclusive, bastará con que ellos sepan que usted está totalmente disponible para cuando le necesiten, porque sabemos de casos que, una vez completada la venta, ni siquiera responden llamadas telefónicas a sus clientes.
Póngase en el lugar de su cliente… ¿cómo le gustaría ser tratado? ¿le gustaría que le dieran seguimiento y le consultaran que tal ha salido todo con el producto? Entregue, en consecuencia, ese mismo nivel de servicio que le gustaría recibir… su empresa se lo agradecerá.