El mundo moderno, el entorno digital y la democratización de las comunicaciones nos permiten a todos – personas y empresas – compartir nuestro conocimiento a través de distintas plataformas e incluso generar ingresos en el camino.
Uno de esos innovadores formatos para compartir información y contenido de valor con otras personas es el webinar.
Es una transmisión en directo, en formato video, que puede quedar grabada para la posteridad. Normalmente consiste en un seminario web o presentación educativa desarrollada de manera online a través de redes sociales como Facebook, Instagram, YouTube, Periscope o LinkedIn y que está dirigida a un público específico y remoto.
De hecho, el término Webinar es un neologismo que combina las palabras “web” y “seminario” y su propósito, como ya dijimos, suele ser educativo o práctico.
Ahora bien, ¿cómo puede una empresa aprovechar ese formato?
En primer lugar, dando a conocer el know how de la compañía. Esto se puede lograr con la participación de una persona – técnica, profesional, administrativa – de la empresa que tiene amplio conocimiento y experiencia en un tema. Esta táctica brinda confiabilidad, credibilidad, reputación y prestigio a la marca.
Por otro lado, los webinarios comúnmente son gratuitos, pero pueden usarse como lead magnet para atraer prospectos e integrarlos a un proceso de marketing automatizado, ya que las personas se inscriben y aceptan ciertas condiciones con tal de participar en el webinar dándole a la empresa acceso a su dirección de correo electrónico.
Es decir, un webinar puede tener dos propósitos: como parte de una estrategia de mercadeo digital o como una experiencia educativa para el posicionamiento de marca.
Otras ventajas de optar por un webinar son:
Interacción directa con la audiencia
Versatilidad
Más económico que un evento presencial
Alcance
Tráfico
Reconocimiento
Y la posibilidad de “reutilizar” el material para otros productos como artículos en el sitio web o posteos en canales de social media.
Eso sí, ¿de qué depende el éxito de un webinar?
De su correcta planificación: investigar, apoyarse en datos, contar historias atractivas, hacer presentaciones dinámicas, diseñar un buen guion y disponer de elementos audiovisuales complementarios.
También, del carisma y capacidad del orador. Y de otras variables como: segmentación de la audiencia, calidad de la plataforma, tema, y convocatoria.
Si usted está decidido a hacer de esta una herramienta de atracción de potenciales clientes o de fidelización y posicionamiento de marca, atrévase y de su primera transmisión.
¡Échese al agua! Y convierta su empresa en un referente del sector aprovechando el entorno digital. No se arrepentirá.